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lunes, 23 de mayo de 2011

¿Democracia...?

Democracia, como es sabido hasta por Belén Esteban, significa que el poder lo tiene el pueblo. He de confesar que aun no he ejercido ese poder que reside en mi persona, y es porque nadie se ha ganado mi voto. La clase política deja mucho que desear, está repleta de incultos, delincuentes, imputados (una cosa no implica la otra, salvo que sea flagrante el delito), negligentes y sobrinos de incompetentes.

Me sorprende ver cómo la gente va a votar y sale con el pecho henchido y caminando como un cowboy después de matar cuatro indios. Realmente no tenemos ningún poder. Hay dos empresas regidas por el interés del dinero, cada una con sus medios para lavarles la cara y echar mierda al rival, devoradas por luchas intestinas, peleas fraticidas que se intentan ocultar en mítines con grandes sonrisas y brazos al aire.



El objetivo es gobernar. Mejor dicho, el objetivo es el poder. Es una droga, puede volver tarumba al más honesto y permite mangonear a gusto. Siempre habrá quien quiera ser mínimamente profesional y hacer las cosas bien, más que nada porque así puedes seguir gobernando y siendo el puto amo de tu municipio, comunidad, o país. Pero son los menos. ¿De verdad creeis que quieren luchar por la gente o por sus principios? Es una profesión como otra cualquiera. Me niego a creer que en una sociedad sin valores los políticos sí los tengan.

Es un juego de dos, porque los medios cada vez han ido crispando más a la gente, y la gente crispada demanda más "noticias" de las de los suyos. La gente quiere sentirse identificada: "yo soy de este partido", "hemos ganados...". Cuesta formarse una opinión de los asuntos de actualidad. Es más cómodo que te la den masticadita y que cuando gane tu partido salgas a celebrarlo como quien gana la Champions.

Es cierto que el sistema es una mierda, pero no es el momento de hablar de la Ley D'Hont, de circunscripciones electorales, de porcentajes mínimos, voto en blanco y demás... También es cierto que es un sistema bipardista en el que los medios no te dejan meter la cabeza y en el que los dos grandes siempre están de acuerdo en seguir siendo los dos grandes... Pero lo peor de todo es la gente, los electores. Los que supuestamente tenemos el poder.

En este país, hay un gran grupo de personas que siempre va a votar al PP, y otro gran grupo que va a votar al PSOE. Luego hay un pequeño grupo que vota a otros y son minoritarios y otro grupo que unas veces vota al PP y otras al PSOE, dependiendo de quien la haya cagado más la legislatura anterior (porque aquí no gobierna por méritos propios ni cristo).

El colmo de la desinformación y el borreguismo es lo que está pasando hoy. Todo el mundo dice que Zapatero lo ha hecho fatal (estoy de acuerdo), entonces vota siempre al partido contrario. A lo que sea, municipales, autonómicas, hasta elecciones de rector de la Complu si me apuras. Da igual. La culpa es de ZP, así que a votar al PP. Da igual si en tu pueblo había un socialista haciéndolo de puta madre y el del PP es retrasado mental. Tú votas y Pepito de los Palotes 1, Zapatero 0. ¡Y a Génova!



Lo mismo pasó en 2004 y elecciones posteriores. Aznar se creyó que podía hacer lo mejor por el pueblo pero sin el pueblo (mentalidad siglo XVIII a tope) y sus buenos batacazos se dieron Rajoy y más tarde los barones territoriales y alcaldes de media España. En todas partes cuecen habas.

Luego están los que votan siempre "al partido", sea quien sea. Aunque haya robado la Copa del Mundo, da igual, eso es que es espabilado y con él nos irá bien. Es de vergüenza las listas llenas de imputados y que no baje ni un ápice la confianza de los electores en ellos. Mierda de democracia.

Si es que somos así. Y aunque votáramos con criterio, diciéndoles a los políticos que se tienen que ganar el voto y que nunca lo van a tener asegurado, daría todo igual. ¿De verdad creeis que ejerces el poder introduciendo una papeleta en un sobre cada 4 años? Más reféndums, más consultas, mayor implicación es lo que haría falta... Aunque viendo las reacciones de la gente no sé qué será peor.

Me quedo con la idea de que la clave es resistir al frente de tu lista hasta que el otro la cague bien y/o le vengan mal dadas. Que todo es democracia y el pueblo habla cuando ganan los tuyos, y que siempre habrá gente cerrada cerrada que es imposible que cambie de opinión.

Mientras la cosa siga así veo difícil que vote alguna vez en mi vida.

No quiero acabar sin hablar algo de lo de Sol. Me parece que es un símbolo y que por lo menos hace reflexionar a la gente y debería hacer reflexionar a los políticos. No creo que vayan a conseguir nada concreto, pero es bueno que se palpe el descontento de la gente sobre el sistema político actual. Pienso que comenzó de manera espontánea y no hay conspiración ninguna detrás de ello, la vida no siempre es una novela de Dan Brown. Y en caso de que hubiera "cabezas pensantes" detrás no podrían controlar la expansión e incluso internacionalización del movimiento. Los jóvenes hacen algo, al menos se quejan...

lunes, 16 de mayo de 2011

Bienvenidos a la secta

La resaca de los cuatro clásicos me dejó un poco tocado. Fueron seis horas de fútbol y miles de horas de basura. Una auténtica guerra dialéctica e ideológica en la que todo el mundo estaba forzado a posicionarse y en la que los acontencimientos que iban acaeciendo separaban aún más a ambos bandos.

Al final, no sólo estaba preocupado porque ganara el Barça y pasara a la final de la Champions, sino que quería que fuese un triunfo sin mácula y que no pudiera ser objetado por nadie. Eso iba a ser misión imposible, tercera o cuarta parte creo. Las tres horas de fútbol de la eliminatoria de la máxima competición continental fueron eclipsadas por dos decisiones arbitrales.



En resumen, mi opinión es que no puedes parapetarte en el injusto color de una tarjeta o si en una falta era a tu favor y se la dieron a ellos, y que cuando el juego estaba parado Higuaín metió mil "goles". Y más cuando hubo otras expulsiones perdonadas y has erigido en líder y paradigma de tu equipo a un guerrillero con un historial digamos no impoluto...

lunes, 18 de abril de 2011

El secreto de la felicidad

El secreto de la felicidad reside en un aumento progresivo y continuado de tu estado de bienestar.

Dicen que el dinero no da la felicidad y es verdad. Recientes estudios confirman que el ser rico no proporciona más felicidad a los acaudalados que la que poseen el resto de ciudadanos que tienen sus necesidades básicas cubiertas. Descartado el dinero, ¿qué es lo que nos da la felicidad?




Habría que preguntárselo a alguien feliz. Los primeros colectivos que me vienen a la mente son los niños y los viejos. Los ancianos porque ya han vivido y ven todo desde la serenidad, y los críos porque no tienen ninguna precupación.

Bueno, eso es mentira. La senectud es un nido de rencor y resentimiento, de amargura y desazón. Sólo hay que ver las viejas que se cuelan en el súper y que se dedican a tocar los huevos. Los niños sí tienen preocupaciones. Yo sufría la hostia cuando había que saltar el potro, cuando tenía que ganar la carrera en gimnasia, o cuando me pillaban en alguna travesura. Se me caía el mundo encima.

Entonces concluímos que la edad no influye en la felicidad, si acaso de viejo incluso peor porque la salud se desmorona y siempre hay quien tiene miedo a morir. Yo creo que no depende de la riqueza ni de la edad, sino de cómo te vayan las cosas (obvio), y de cómo te sientas contigo mismo.

Eres feliz si te van las cosas bien y si estás a gusto contigo mismo, orgulloso de cómo eres. La participación de ambos factores en la felicidad depende de cada persona. Individuos faltos de moral y de pocas aspiraciones tienen facilidad para sentirse a gusto con su persona. Otros más introspectivos y analíticos difícilmente se aprueban a sí mismos.

En cuanto a lo de que te vayan bien las cosas, me refiero a ir consiguiendo pequeños logros, completando objetivos. Conseguir acabar la carrera, conseguir el trabajo que quieres, que gane tu equipo, conquistar a la chica que te gusta, formar una familia... Depende del individuo. Ir consiguiendo estos objetivos marcados por ti mismo, unido a una satisfacción sobre tu forma de ser y actuar ante los distintos avatares de la vida proporciona la felicidad.



Pero claro, corremos el riesgo de estancarnos. ¿Qué pasa cuando ya no hay objetivos? Podemos alcanzar un techo en este sentido. Trabajo estable, sin posibilidad de ascender, hijos crecidos... Llegados a este punto puede que nuestro único objetivo sea trabajar, ver a tu familia, disfrutar con ella, de los amigos. Para otros quizá no, y entren en una rutina insatisfactoria.

En casos como éstos más nos valdría que nos ocurriera algún tipo de desgracia: arruinarnos, que nos echen del trabajo, perder a alguien... Y a partir de ahí salir del pozo, volver a cumplir objetivos sintiéndote bien contigo mismo... Aunque suene muy radical. Conseguir salir del pozo nos hace sentirnos orgullosos, y encima emprendemos de nuevo un camino ascendente que también nos proporciona felicidad.

Porque la felicidad está en el camino. EL hecho de aumentar nuestro estado de bienestar, conseguir esos objetivos, es lo que nos proporciona la felicidad. Para los científicos, sería algo así como que la felicidad se obtiene cuando la derivada respecto al tiempo de nuestro estado de bienestar es positiva.

Siempre adelante. Lo difícil es conseguirlo

miércoles, 13 de abril de 2011

La pescadilla que se muerde la cola

Ciertas tendencias vienen de lejos, pero el detonante de toda esta escalada de periodismo basura y forofismo es el reinado futbolístico del Barcelona de Josep Guardiola.

Su superioridad en el terreno de juego es manifiesta, y sus récords, la estética de su juego y sus estrellas le llevarán a ocupar un lugar en la Historia al lado de los grandes equipos míticos, si es que no lo tiene ya: el Madrid de Di Stéfano, la Brasil del 70, la Naranja Mecánica, el Milán de Sacchi, el Dream Team... Y el Barça de Pep.



Vivir esta época como madridista es muy duro. Los periódicos NO pueden decirle a Juan Merengue, como diría el director saliente de MARCA, que el FCB es el mejor equipo del mundo y que al Madrid aun le falta mucho para alcanzarle, si es que algún día lo hace. No pueden, el Madrid no puede perder limpiamente, asi que hay que sacar excusas.

lunes, 3 de enero de 2011

Vuelvo a las apuestas

Año nuevo, vicios viejos. Vuelvo a apostar.

El Mundial 2010 me dejó un recuerdo inmejorable y 182 euros de beneficio en las diversas casas de apuestas en las que me jugué el tipo. Pasé horas y horas, busqué y fue beneficiario de todo tipo de ofertas, convencí a gente para que se hiciera cuentas por mí (es coña, que es delito... xd) y sufrí como un puto cerdo... Pero al final no fue en balde.

Tardes gloriosas, victorias de España, nervios, meter 20 o 30 euros más al descanso porque iba 0-0 y la cuota se había doblado... ¡Qué recuerdos!

EL partido de Paraguay me restó tres años de vida. Primero el penalti que paró Casillas, joder, que me veía fuera. Del mundial, se entiende. Luego el penalti que hubo que repetir, cagándome en Claudio Bravo cuando se fundió a Cesc. Y finalmente Villa, el enriquecedor. ¡Qué mundial que hizo!

En la final, metiendo a mitad del partido 20 o 30 euros a que empataban el partido y reinvirtiendo las ganancias a que España ganaba el mundial, daba igual cómo... Conectándome con el móvil en medio de una plaza con miles de personas... jaja, ¡¡qué recuerdos!!

Vuelvo a apostar y voy a meter 10 euros a que gana el Madrid. Si es así, pues gano 4, y sino, pues pagaría 10 euros porque el Madrid pinchara hoy, así que... No puedo perder, no?

De vez en cuando, si no me arruino, pondré alguna de mis apuestas por aquí. Así cuando fracase os podreis reir a mandíbula batiente, que sois muy cabrones todos